Expertos y académicos abordaron los desafíos y oportunidades de profundizar la libre competencia, convocados por el Comité de Relaciones Internas y Ética de SOFOFA, instancia realizada para sus gremios asociados.
Al dar la bienvenida, Aurora Olave, directora ejecutiva de SOFOFA dijo que “Los invitamos a trabajar en conjunto con SOFOFA para construir un ambiente que promueva la competencia empresarial, beneficiando a consumidores, proveedores y a la sociedad en general, de manera que podamos construir mercados más eficientes, productivos y que promuevan la innovación”.
La actividad contó entre sus expositores con Ricardo Riesco, Fiscal Nacional Económico (FNE); Felipe Irarrázabal, director del Centro de Competencia de la Universidad Adolfo Ibáñez; María de la Luz Domper, ministra del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC), y Julio Pellegrini, abogado y consejero de SOFOFA. Macarena Letelier, directora ejecutiva del Centro de Arbitraje de la CCS, ofició como moderadora.
En su intervención, el Fiscal Nacional Económico destacó la importante tarea que cumple el buen actuar de gremios y empresas para construir la confianza que demanda la sociedad. Por su parte, Felipe Irarrázabal expuso sobre la Guía de Asociaciones Gremiales y Libre Competencia, que se publicó cuando se desempeñó e la FNE, en 2011, y que busca promover buenas prácticas en la materia.
Como miembro del TDLC, María de la Luz Domper presentó las definiciones y alcances de la colusión, haciendo referencia a los fallos más ilustrativos; y finalmente, Julio Pellegrini se refirió a los acuerdos y experiencia internacional, particularmente en el contexto de crisis actual.
Con relación a la realización estas instancias, Gonzalo Said, presidente del Comité de Relaciones Internas y de Ética de SOFOFA afirmó: “Debemos entender que tenemos que construir una cultura de integridad dentro de nuestras compañías, en los gremios tantos sectoriales como regionales, como también en SOFOFA y sus ejecutivos. Debemos lograr un standard que esté por encima de lo que la ley nos exige y autorregularnos. Esto lo debemos hacer desde la convicción y no desde una mirada de cumplir o por temor a las multas y penas. Es la única manera de crear una cultura de integridad, desde la convicción y desde lo más alto de la organización. Un mal resultado económico lo podemos recuperar el año siguiente, pero una actuación reñida a la ética e integridad, toma muchos años para recuperarse”.
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