En medio de la contingencia que vive tanto nuestro país, como el mundo producto del coronavirus, SOFOFA desarrollará un ciclo de cuatro conversatorios virtuales que busca reflexionar sobre las nuevas preguntas y desafíos que nos plantea la emergencia sanitaria, sus efectos económicos y sociales, como aquellos vinculados con la crisis social generada a partir 18 de octubre de 2019 en nuestro país.
Hoy se realizó el primer conversatorio virtual titulado “El desafío de crecer: Economía, trabajo y empresa”. El presidente de SOFOFA, Bernardo Larraín, fue quien inició las intervenciones, destacando las consecuencias que se pueden esperar tras las medidas de cuarentena y lockout, tras lo que se podría observar una ausencia de crecimiento como no se ha visto en mucho tiempo. “Algunos piensan que, desde la gran Depresión del 29, otros desde la crisis del 82’ (…) Pero no hay duda de que en los últimos 30 – 40 años no hemos sido testigos de una situación como esta que puede ser bastante dura”.
A su vez, el timonel del gremio manifestó con preocupación que “algunos siguen pensando que el crecimiento es algo que beneficia solo a algunos y no a la gran mayoría de las personas”, agregando que una condición para el crecimiento es tener un marco institucional legitimado y una política que goce de mayor confianza. “En esta cancha de lo público, donde se procesan las leyes, muchas veces le cuesta equilibrar bienes públicos como la sustentabilidad, la protección de los consumidores o la protección de los derechos de los trabajadores con el crecimiento. Creemos que hay una inercia que impide equilibrar estos dos objetivos que son igualmente importantes”.
Al respecto, el ex ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, comentó que al corto plazo, el panorama será el de un país más endeudado y de más empresas insolventes, lo que traerá ciertas consecuencias, como el proteccionismo en ciertos sectores clave, así como un shock más fuerte en industrias como el turismo o el transporte, y por lo tanto un país más pobre y endeudado. Ante lo cual lanzó la pregunta: “¿Será esto un factor de entropía para ponernos de acuerdo? ¿O de unidad?”
“Tenemos un régimen político que favorece la polarización, un régimen híper presidencial, donde todas las tendencias políticas esperan capturar el botín para quedarse ahí. Eso no es una cultura de colisionarse, sino más bien de dividirse. Y ha empeorado con el voto voluntario con la proporcionalidad del esquema electoral, configurando un sistema de gobiernos de minoría y muy pocos incentivos de colisionarse y más bien, incentivos de dividirse… creo debemos reflexionar en torno a nuestro régimen político, la forma de repartición del poder, porque vamos a tener tareas mucho más difíciles y los consensos no se favorecen en el actual régimen político”, afirmó Eyzaguirre.
El economista y académico de la UCLA, Sebastián Edwards, llamó a distinguir, con respecto al tema del crecimiento, entre corto y largo plazo. “Nicolás tiene mucha razón en cuáles serán los efectos al corto plazo tras la pandemia (…) pero yo creo que no hay que tenerle miedo a estos efectos macroeconómicos. Me parece que hay que mantener a los talibanes de las cuentas puras y límpidas fuera de lugar, donde corresponde a los talibanes, extramuros. (Porque) no tenemos idea cuál es la deuda pública que es sostenible. Recordemos que por muchos años se dijo que era 60% y luego vino la crisis financiera y se habló de 90%. Ahora se va a decir que es 125% y Chile va a pasar de 30% a 50% y va a seguir estando bien, y sobre todo de la manera adecuada que lo está haciendo el Ministro de Hacienda, no hay que preocuparse de eso”.
Luego el gerente general de Grupo Prisma, Matías Claro, puso énfasis en el apoyo que requieren hoy las empresas, sin importar su tamaño, debido a la importancia que tienen estas en la recuperación del actual escenario. “Esto conecta con lo que habíamos hablado del tema político, porque uno ve que incluso en esta tremenda crisis que estamos viviendo, el apoyo del Estado a las empresas grandes se ve casi un pecado”, señaló.
Claro agregó que en Estados Unidos no está totalmente vetado que en casos excepcionales se pueda apoyar a las grandes empresas, “porque son muy importantes, en tanto en su generación de valor, cadenas de valor, en la gente que emplea, cómo contratan a otras empresas más chicas como proveedores. Es decir, son hubs importantes de desarrollo. Y de repente acá en Chile, por cómo se ha llevado la discusión política, ha llegado a ser algo vetado o para un político, decir que nos vamos a preocupar no solo de las pequeñas empresas, sino también de que estas puedan crecer y ser grandes, y que no es un pecado ser grande, creo que es parte de la discusión que debemos tener hacia adelante”.
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